jueves, 3 de noviembre de 2011

Regresando a casa encontré lo bello

Camino al amparo de la luna
jugando a esconderse detrás de las nubes
en esta noche de otoño
y pienso que es bello.

Mis pasos siguen el camino que las hojas han marcado frente a mi.
Un suspiro del viento despeina los árboles y escupen cascadas silbantes amarillas, naranjas y pardas .

A media luz llego ante una fuente apagada.
Arbustos la rodean y me siento en una banca destartalada.
Justo ahora decido dedicar mis palabras a describir la belleza;
la belleza del ocaso; de la noche; de lo oscuro;
de lo marchito.

Porque hay belleza en todas estas cosas y estoy empeñado en compartirlas.
Ellas no son tristes, son bellas; triste sería que fuese yo el único en apreciarlas. 

¿Pero es que no crees en esta belleza?

¿Acaso no es bello el ocaso, que ha inspirado tantos besos?
¿Acaso no es bello pisar hojas secas?
¿Acaso no es bella una sonrisa anciana, cansada de la vida pero no lo suficiente para reír?
¿No son bellos los sonidos de la noche?
¿No es bello el otoño, con sus tonos naranja y marrón?
¿Las hojas secas?
¿Pasear bajo la luna?
¿Una silueta besándose en la noche?

Atrévete a decir que no es bello.

Te invito a buscar lo bello en lo oscuro, en lo marchito.
Lo bello en la noche.

Por que para mi, lo bello puede ser triste, como una despedida. Y si al apreciarlo logra arrancarme una lágrima, sonreiré.

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