viernes, 23 de diciembre de 2011
martes, 20 de diciembre de 2011
El Sol y la Luna
El sol era en verdad una estrella joven cuando conoció a la Luna.
Radiante y generoso las más veces, se le veía contento redondo y amarillo. Se contentaba con caminar sin cesar siempre en círculos (algunos estrictos dirán elipses) contemplando la vida en la Tierra, que se movía agradecida al rededor del señor Sol.
Constante era su paso, muy metódico a decir verdad y cabe mencionar humilde. Le gustaba dar calor y alegría; esto se notaba en primavera, cuando se lo veía más contento al platicar con las flores y ver despertar a los animales y a las plantas sacudirse la nieve, y todos ellos le agradecían y alababan su trabajo. Esto incomodaba al Sol, orgulloso como era, le gustaba saber que su trabajo era apreciado, pero humilde, no disfrutaba particularmente de las adulaciones incesantes que duraban hasta verano, cuando se ponía rojo de furia. Normalmente se calmaba en otoño por que creía que en otoño los árboles se cansaban y tiraban sus hojas y entonces decidía ir de paseo a otra parte hasta que al volver en primavera, veía que todos despertaban de nuevo. No estoy seguro si el Sol sepa que las criaturas de la Tierra duermen por que el se va.
Continua...
sábado, 3 de diciembre de 2011
Una pequeña parte de algo. (Sábado por la noche, miércoles en la tarde y un instante indefinido.) -Terminado-
Y estaba el sentado en su sillón pensando en ella. No era de sorprenderse, sino bastante predecible en esos tiempos. Sábado en la noche. Sólo en el sillón con sus pensamientos y una computadora en sus piernas.
Sin reparar en la hora ni el pasar del tiempo, decidió comenzar a escribir.
Llevaba rato sentado ya en la mesita del café, un lugar modesto pero muy agradable. Le gustaba pensar que los dos encontraban el lugar apropiado para comenzar una conversación y por eso se reunían ahí normalmente. Gente pasaba caminando a sus espaldas y su vida delante de él. La guapa mesera llevaba la charola con un par de cervezas y comenzaba a ocultar más eficientemente su rubor a los rutinarios piropos. La observaba ir y venir, siempre alegre con su cabello flotando tras ella. Después de reflexionar un rato pensó para sí "Es verdad, hoy es miércoles." Ella trabajaba sólo los miércoles y los fines de semana.
Consultó la hora. Veinte minutos tarde. Estaba acostumbrado a la tardanza, o más bien a esperar, no le importaba mucho que la gente llegara tarde, esto era más bien normal. Lo que de verdad le molestaba, por el contrario, era la sensación de ir tarde; no el hecho de "llegar tarde", bastaba simplemente un poco de urgencia para que se sintiera incómodo por el hecho de pensar que la gente tendría que esperarlo. Por eso siempre procuraba llegar con anticipación. Llevaba treinta y cinco minutos en el lugar.
Para entretenerse un poco se dedicó a observar a la gente que lo rodeaba en las mesas vecinas y en la calle mientras golpeaba distraídamente su libreta con la punta de un bolígrafo.
Seguía sentado en el sillón con los pies arriba y la computadora en sus piernas. Había escrito algo que parecía considerable pero no era ni remotamente extenso; meramente un entretenimiento. Seguía pensando en ella. "¿En qué momento pasará algo?" pensó. "Debería llegar más rápido al punto" Pero la realidad es que mientras más escribía, más entretenido estaba. Era divertido dejar que las ideas aparecieran en forma de palabras. "Torpes dedos. Interrumpen" Queda claro que escribir sobre el teclado deja posibilidad a cometer errores de dedo, por eso prefería hacerlo sobre su libreta. Pero es bueno experimentar. "Estúpidos errores de dedo". Mientras escribía, o más bien describía, se percató que la idea no se reflejaba exactamente como la pensaba, sino que tenía que refinarse antes de caer en el papel, o en este caso, la pantalla y primero por el teclado. Además, este cuidado aumentaba considerablemente cuando escribía los diálogos o pensamientos de sus personajes. "Los diálogos son difíciles" pensó para sí (obvio, no había nadie más en la sala y nadie podía escucharlo) "Además, la gente no habla como escriben que hablan. Para empezar no son oraciones complicadas. Una conversación fluye suavemente cuando se habla, cuando sucede. Los escritores tienen el problema de hacer parecer que sus personajes hacen eso pero es muy difícil." Los diálogos eran particularmente complicados de escribir para el. "Tengo que llegar al diálogo pronto".
Terminado el lapsus mental, continúo escribiendo.
"Qué rayos" Un poco harto, dejó de asediar la libreta con el bolígrafo. Colocó la punta sobre una página en blanco y se dedicó a…. simplemente dejarla ahí. Hace un momento tenía planeado escribir algo. Un quién sabe qué. Una pequeña parte de algo. Se sintió tan decidido que dejó de golpear la libreta y tenía la idea en la punta de la pluma. Ya estaba ahí, esperando. A punto de salir. Pero de alguna manera se esfumó. El momento pasó y simplemente ya no estaba ahí.
"Maldita sea." Su mano seguía inmóvil y la mirada clavada donde dejó la punta unos instantes antes. Si alguien lo hubiera visto así, inmóvil como estatua, podría pensar que se veía gracioso. Pero no, era frustrante. Frustrante tener algo que decir y, llegado el momento, no poder hacerlo. Levantó la mirada sin fijarse en nada en especial; no veía el mundo, sólo sus pensamientos. "Después de todo ¿Por dónde empezar?" Pensó. El inicio es tan importante como el final o como cualquier otra parte. Pero es el principio, la primera palabra, lo más difícil. Una vez comenzado, las palabras aparecerían siguiendo la anterior como si ya supieran cómo va el texto y simplemente se irían acomodando en su sitio en cuanto les tocara su turno. "Listillas, ¿eh?" Dijo para sí sonriendo. "Pero todavía no tengo un título." Volvió la mirada al papel y escribió un par de palabras: "Todo lo que quisiera decir…"
¿Cuánto tiempo había pasado? ¿Antes y en ese momento? No lo sabía y no le importaba. Caminaban juntos por el parque una vez más. De hecho parecían años pero sólo habían sido un par de semanas…. eternas. Parecía irreal.
"…también recordé uno de los momentos más hermosos que tengo. Regresó a mi memoria cuando iba de regreso a casa ayer por la noche. Estaba escuchando en mi iPod una canción que me hace pensar en ti; la repetía una y otra vez todo el camino. La canción sólo me evoca tu recuerdo pero hubo un par de cosas más. Como no tengo coche, es raro que vaya en uno a menos que sea un taxi o me lleven mi tío o mis primos. Llevaba ya rato que no me pasaba eso. Anoche pedimos un taxi. Me senté en la parte de atrás y puse mi música. Entonces accioné el primer detonador: me recosté en el asiento con los audífonos puestos. La música impedía que pudiera escuchar sonidos del exterior, estaba aislado en mi pequeño mundo. Fue cuando recordé lo que se sentía viajar en coche con mis papás cuando era niño. No creo que logres entender cómo fue incluso si pudiera explicarlo. Sólo me acostaba y descansaba, mi cabeza tocando el asiento y vibrando con los saltos del coche. Podía ver los haces de luz tocar mis ojos cerrados, imaginando formas y faros. ¿Escuchaba las conversaciones? Eso no lo recuerdo; además, ahora los audífonos me mantenían concentrado en el recuerdo. A veces sí me dormía, otras veces descansaba y en algunos casos sólo cerraba los ojos y pretendía estar dormido."
"No me dormí, estuve consciente todo el camino y si alguien pudiera haber visto mi rostro me habría encontrado sonriendo en algún momento; de esto no me di cuenta en el momento pero resulta lógico que lo haya hecho.
En algún momento de ese instante me acordé de ti."
"Me acordé de los últimos días que estuvimos todos juntos. Estábamos descansando después de la entrega del último trabajo del semestre; esa noche no dormimos; bueno, algunos sí pero apenas cerré el ojo. El punto es que lo terminamos. Listo. La calificación. Todo. Listo. Y una vez terminado, regresamos a la casa donde nos quedamos en la noche a ordenar las cosas y levantar el tiradero. Después de limpiar, decidieron quedarse un rato más y usaron mi computadora para ver no sé qué. No me importó; sólo sé que estaba muy cansado. No recuerdo si me senté junto a ti o tu junto a mi pero estábamos juntos; esto es lo importante del recuerdo. No sé cuánto tiempo fue ni qué estaban discutiendo o haciendo; no me interesa averiguarlo, pero esto es lo que recordé: Me quedé dormido. En algún momento recosté mi cabeza sobre tu hombro y me quedé ahí."
"Y no me despertaste."
"¿Entiendes…?" dijo volteando a vera.
Fue entonces que reparó que estaba hablando solo por que ella no estaba ahí. Nadie lo escuchó y nadie respondería. ¿Cómo podría saber lo que diría? El viento barría las hojas. No era invierno todavía pero por un escalofrío corrió por su espalda. Entendió.
Todo lo pasado era recuerdo; y a partir de ahora, todo sería imaginación. No. Ya lo era, sólo se rehusaba a darse cuenta de ello.
Dejó de escribir. Levantó la mirada del papel y miró que el mundo a su alrededor volvió a cobrar vida. La gente se movía y hablaba. Mirando entre las mesas del café se encontró con los ojos de la mesera sobre él, le dedicaba una sonrisa. De ser más listo, lo habría notado pero seguía inmerso en su mundo de papel, sueños y memorias. Volviendo su mirada del vacío (o profundidad, nunca ha quedado claro), releyó la libreta. "Todo lo que quisiera decir…"
"Pff. Neta" resopló. "En serio esto pasa". Molesto consigo mismo, tachó el título y garabateó arriba "Todo lo que quise decir"
Dejó el dinero sobre la charola con la cuenta y se levantó de la silla. "Mamadas". Tomó sus cosas y se marchó caminando por la calle llena de gente, ajeno a todo, evadiendo a toda prisa cualquier empujón y rebasando a quien caminara delante de el.
Sonaba música de la computadora a volumen bajo. Pasaba le media noche pero no se sentía cansado, sin embargo parecía que ya había escrito suficiente, por lo menos por esta noche. Estaba considerablemente satisfecho… no, más bien harto de escribir tonterías. Definitivamente era suficiente. ¿Valdría la pena releer lo anterior? Tal vez. No por ahora. Con mejor humor, quizá. "Estaba de mal humor." pensó para sí, meditando sobre el texto. "Seguramente no habría sido tan pesimista en otro momento. Pero…. de todas formas tenía que decirlo." Cerró la computadora y se levantó del sillón. "Bueno. Ya está". Se estiró. " Ya está dicho". recogió sus cosas y se fue a su recámara. Apagó la luz.
Sabía que todo lo que escribió era fantasía; pero que una cosa era real: era honesto.
A pesar de lo que piensen, logró dormir sin problemas. Solamente sabía que, de soñar algo dormido, muy probablemente no lo recordaría en la mañana, como solía pasar. Y al dormir, increíblemente, sonrió al pensar un poco. Un poco en ella, de nuevo. Pensó que mañana tendría un poco más de esperanza. Mañana escribiría cosas más felices.
jueves, 1 de diciembre de 2011
Cualquiera que lea este blog merece saberlo.
Oficialmente me encuentro escribiendo el guión/borrador de lo que será la primera novela gráfica en la que trabaje. La idea es mía pero la trabajaré en conjunto con un grupo talentosísimo y entusiasta que estudia conmigo en la ENAP.
Sólo como registro; facebook no necesita saberlo así que sólo los que se aventuren a leer mi blog sabrán sobre este día.
Sólo como registro; facebook no necesita saberlo así que sólo los que se aventuren a leer mi blog sabrán sobre este día.
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